Ese es el sitio en el que te guardas a ti misma cuando buscas lo que no tienes.
Es un lugar secreto y maravilloso que no sabe nadie. Que nunca has contado.
Es esa estrella de nunca digas nunca y Patricia en el país de las pesadillas que jamás existen.
El lugar utópico que más se aproxima a tu burbuja de felicidad que un día saltó por los aires.

La situación siempre es diferente, pero siempre me gusta. Es en el único momento en el que no pongo caras de desprecio ni me decepciono con ello. Juego y juegan.
A menudo me paran los golpes de realidad pero su recuerdo es tan potente que consigue que olvide todo lo que ha pasado entre medias cuando lo vuelvo a ver.

Antes. Durante. Después.


Y es tan bonito que el llanto sin lágrimas que grita a través de mis oídos se atasca en la autopista de mi garganta. Y el oxígeno sí calma y no hiperventila.

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